Hay historias desde que existe la humanidad y su poder está en la influencia que provocan en otros. Y todos las creamos pero no todos saben contarlas. ¿Tú sí?
POR: PAULINA ARCEO, FCB MÉXICO
Cada día escucho más el término Storytelling en los vocabularios marketinianos y publicitarios, y es algo fantástico, sin embargo, como todo término que cae en nuestras manos, corre el riesgo de perder todo sentido por exceso de uso. Así que quisiera iniciar un relato en clave moderna, para garantizarle larga vida al verdadero sentido del Storytelling.
Empecemos por el principio: ¿Qué es una historia? En términos muy básicos, pero muy correctos, es una narrativa de eventos interconectados entre sí. Nuestras experiencias de hecho, son historias….
Facebook, por ejemplo, es una gran manifestación de nuestra predisposición a contar y seguir historias, donde podemos crear la historia que queremos dar a conocer de nosotros (hay gente que pareciera que sólo vive para viajar…).
¿Pero, por qué son tan poderosas las historias? Nuestras mentes están configuradas para construirlas y son la esencia de la experiencia humana. Nos dan contexto y nos ayudan a entender mejor. Inspiran y motivan a la acción. Su valor está probado en todo tipo de actividades: cine, literatura, música, videojuegos, cuentos y muchas otras formas en que la historia puede no siempre parecer tan obvia.
Las historias nos hacen pertenecer a una comunidad cuando las compartimos, o cuando es una narración común entre miembros de un mismo grupo. Las historias reflejan valores y sirven también para transmitir además de estos valores, tradiciones y creencias entre generaciones.
La religión, el caso de éxito del Storytelling
El caso más exitoso de la historia del Storytelling ha logrado la convicción de millones, ha traspasado fronteras y ha perdurado un par de miles de años: la religión. La religión de hecho, es ya ejemplo de un perfecto Transmedia Storytelling.
Hace uso de múltiples medios, libros, eventos interactivos semanales, espectáculos teatrales, personajes superhéroes, merchandising, películas y algunas incluso muy poco convencionales como un lugar después de la muerte.
Cuevas de Altamira, el caso más antiguo de Storytelling
Pero esto no es nuevo. El poder de la narrativa existe desde que existe la humanidad. Las pinturas rupestres ya narraban las aventuras y el origen de las personas, porque las historias nos hacen trascender en el tiempo.
Una de las manifestaciones más importantes y antiguas de Storytelling son las cuevas de Altamira. La cueva fue utilizada en varios periodos, desde hace 22,000 años. Existen diversas interpretaciones de lo que significan, éstas hablan de significados religiosos, simbología sexual, la batalla entre dos clanes, magia simpática y ceremonias para propiciar la caza.
¡Las historias son un virus!
Bianca Cawthrone hace una excelente analogía para comprender mejor la importancia de las historias en la sociedad. Explica que las historias son como un virus:
Son universales: todos entendemos las historias, no importa de dónde vengan.
Son contagiosas: si le cuentas una historia a alguien, y le gusta, se esparce. Las historias más poderosas merecen ser contadas y recontadas.
Se pegan: a través de recontarlas terminan formando parte de nuestras culturas.
Todo este cuento nos da una base simple y sólida para entender, ser capaces de generar una historia y dar pauta al siguiente capítulo de esta historia: Cómo las marcas pueden y deben contar historias, con ayuda del modelo de las 6 C del Storybranding desarrollado por Jim Signorelli.
La autora es Planner de Draftfcb México.
Fuente: @altonivel